• 2020-03-17 11:02:54
    Info General

    Desde el martes 17 de marzo, a las 12 del medio día, en comunión con todas las Iglesias, sonara el ángelus a toque de campana para invitar a orar a quienes permanecen en casa y hacer llegar, a quienes sirven y trabajan, la ayuda del Señor y el agradecimiento de la Iglesia.
    A partir de las 12 la iglesia permanecerá abierta hasta la una para quien quiera orar

    Pedimos por:

    – Por los enfermos contagiados por el virus, por sus familiares, por quienes están en cuarentena y por otros enfermos que ven afectada su atención por la prioridad de atajar la pandemia.
    – Por los trabajadores de todos los Centros y Servicios Sanitarios.
    – Por los Equipos de Emergencias, por los de Protección Civil y por las Fuerzas de Seguridad del Estado
    – Por los Equipos de Pastoral de la Salud y por los voluntarios.
    – Por las personas de riesgo: niños, mayores y enfermos crónicos.
    – Por los padres, madres, abuelos y educadores.
    – Por los que están viviendo esta situación de emergencia en soledad.
    – Por quienes carecen de hogar o de lo imprescindible para vivir.  – Por las diversas autoridades públicas.
    – Por los sacerdotes y por los Monasterios de vida contemplativa, que con su oración y entrega siguen dando esperanza a todos los ciudadanos.

    Proponemos que, como conclusión del Ángelus, digamos juntos estos días y a esa hora la oración del Papa Francisco:

    “Oh María, Tú resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y esperanza. Nosotros nos encomendamos a Ti, salud de los enfermos, que ante la Cruz fuiste asociada al dolor de Jesús manteniendo firme tu fe. Tú, Salvación de todos los pueblos, sabes lo que necesitamos y estamos seguros de que proveerás para que, como en Caná de Galilea, pueda regresar la alegría y la fiesta después de este momento de prueba.  
    Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos a la voluntad del Padre y a hacer lo que nos dirá Jesús, que ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos. Y ha tomado sobre sí nuestros dolores para llevarnos, a través de la Cruz, al gozo de la Resurrección. Amén.

    Bajo tu protección, buscamos refugio, Santa Madre de Dios. No desprecies las súplicas de los que estamos en la prueba y líbranos de todo peligro, ¡oh Virgen gloriosa y bendita!».

    Amen.

    La Hermandad