El pasado año, este Ayuntamiento colocó por el pueblo, placas que obligan a los propietarios de perros a recoger sus excrementos de la vía pública.
Tras un tiempo prudencial, lamentablemente se ha constatado que no se está cumpliendo en algunos casos.
No recoger los excrementos caninos no es solo una falta de civismo, sino que también representa un grave problema de salud pública, afectando a la higiene y salubridad de nuestras calles, parques y zonas comunes. Este acto incívico  no solo genera malos olores y una imagen desagradable, sino que también puede ser un foco de infecciones y enfermedades, especialmente para niños y personas mayores.
Por ello, se hace un llamamiento a la colaboración de todos los propietarios de perros para que cumplan y ayuden a mantener nuestras calles limpias y seguras para todos. Es responsabilidad de cada uno contribuir a un entorno más agradable y saludable para la convivencia.