• 2019-06-10 18:30:26
    Info General

    El día del Corpus celebramos la fiesta de la Eucaristía y el Día de la Caridad. Dos realidades que van unidas.

    Hoy se suele identificar ‘caridad’ con el servicio o la ‘diaconía’ eclesial. Lo que supone una reducción de su significado. La caridad, ‘caritas’ en latín, es la forma de ser de Dios y por lo mismo el fundamento de la vida de la Iglesia. Esa es la raíz y la identidad propia de la acción caritativa de la Iglesia y de los cristianos: saber que son signo, reflejo del amor de Dios. Y para que la acción a favor de los más necesitados sea eficaz ha de realizarse acorde a la metodología contrastada de las ciencias sociales (el mediador ha de cuidar que su mediación sea la más adecuada para transmitir la salvación que Dios quiere para el prójimo necesitado). Esa es la función de Cáritas como institución. Pero teniendo muy claro que Cáritas somos toda la comunidad eclesial.

    Por eso celebrar el Día de Caridad significa partir y compartir el pan en comunidad, responder a la propuesta de vida que Dios nos hace para vivir como hermanos y hacer propia la misión de Jesú. Vivir la caridad es saberse amado por Dios y ser capaz de verle reflejado en la Creación y en los demás, sobre todo en los más pobres y excluidos.

    El lema de la campaña de este año: “Pon en marcha tu compromiso para mejorar el mundo”, quiere invitarnos en concreto a:
    - Abrir la puerta. La realidad está cargada de mensajes en el silencio de los que viven solos, en los gritos de los migrantes, en las familias desahuciadas de sus hogares…
    - No tener miedo. Hay que aprender a confiar, creer en la bondad y en el amor. No levantar más muros ni fronteras.
    - Salir al encuentro. Tomar la iniciativa y entrar en la dinámica de pasar las cosas de la vida por el corazón. Salir de nuestro pequeño mundo para encontrarnos con el Dios que habita en cada ser humano.
    - Dejarse tocar. Para dejarse tocar por la realidad hay que conocerla y dejar a un lado prejuicios, estereotipos, imágenes o ideas que nos hemos fabricado de forma superficial. “Sólo podemos amar lo que conocemos, y conocer lo que amamos”.
    - Ponerse en marcha y caminar en comunidad. Jesús nos dice de nuevo: “Id y anunciad a todos la buena noticia”, para ponernos manos a la obra, para hacer posible la amistad, la fraternidad y la solidaridad. Hoy nos envía a nosotros, comunidad de creyentes y discípulos, para generar signos capaces de abrir horizontes de esperanza y mejorar el mundo.





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