• 2024-03-16 09:00:00
    General

    LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 12, 20-33

    En aquel tiempo, entre los que habían venido a celebrar la fiesta había algunos gentiles; éstos acercándose a Felipe, el de Betsaida de Galilea, le rogaban: Señor, quisiéramos ver a Jesús.
    Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús. Jesús les contestó: Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del Hombre. Os aseguro, que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo, se pierde, y el que se aborrece a sí mismo, se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva el Padre le premiará. Ahora mi alma está agitada y, ¿qué diré?: Padre líbrame e esta hora. Pero si por esto he venido, para esta hora. Padre glorifica tu nombre.
    Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado y volveré a glorificarlo
    La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel.
    Jesús tomó la palabra y dijo: Esta voz no he venido por mí, sino por vosotros. Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el Príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuando yo sea elevado sobre la tierra atraeré a todos hacia mí.
    Esto lo decía dando a entender la muerte de que iba a morir. Palabra del Señor.



    Adjuntos: