REFLESIÓN DEL DIA 8

Buenos días, contemplaré tu rostro, señor. El Evangelio nos va a decir que la mies es mucha, pero los trabajadores son pocos. A quienes nos hemos acercado a la persona de Jesús, nos pides tomar conciencia de quienes somos, de donde estamos, y como hizo Dios con Jacob y Jesús, con los fariseos de su tiempo.

Desde la fe y en la oración, pienso, si el señor me pidiera decir mi nombre desde mi forma de ser y de actuar, cómo me llamaría. Enséñame, señor, a no replegarme egoístamente sobre mí, sino a abrirme a la confianza y la esperanza en TI. Sed bueno, si podéis o al menos no dejéis de intentarlo. Feliz día.