Cada rincón de nuestro pueblo es el reflejo del trabajo, el compromiso y el cariño de quienes lo habitamos.


La gestión y el cuidado de nuestro entorno no es tarea de unos pocos, es responsabilidad de todos.



A lo largo de los años, hemos visto cómo la colaboración vecinal transforma nuestros espacios: la restauración del cartel del albergue, la poda de árboles, el cuidado de los rosales, el barrido de calles…



Gestos, a veces anónimos, que hacen de nuestro pueblo un lugar más bonito y acogedor.



Hoy queremos dar un GRACIAS gigante a quienes han contribuido con su tiempo y esfuerzo: quienes han podado los árboles de la pista, han curado nuestros rosales, restaurado las puertas del ayuntamiento, pintado el parque de nuestros niños, desbrozado zonas como la báscula o repintado las ventanas de los jubilados.



También a quienes han colocado banderines para dar color a nuestras calles, traído tierra para llenar las jardineras de la panadería y amontonado los enseres del punto limpio para facilitar su recogida.



Cada acción suma. Cada vecino cuenta. Sigamos construyendo juntos el pueblo que queremos.